Yeah, you can...

Leer el diario Ana Frank. Ver How I meet your mother. Ir al cine. Hacer los trabajos del final del semestre

Intentar llegar temprano a la escuela, poner un buen disco, ponerle dedicación a los exámenes.

Obtener un siete de calificación semestral en psicología del desarrollo. –Quetzalli te odio, muérete. Gracias-.

Paulho Coelho- Fragmento de las Valkirias

Ayer mientras me dedicaba a responder mi último trabajo de logoterapia. Ella me dijo que dejara de sentirme menos capaz que los demás… La sensación que me dio al leerla fue inexplicablemente maravillosa –alentadora-. Durante toda mi vida, el tener su amistad ha sido todo un reto, su mente me parece un gran enigma y el tratar de entenderla me ha llevado toda mi vida. La amo con todo mi corazón, la quiero tanto como alguien puede llegar a querer a sus mejores amigas. Y sin embargo siempre me he preguntado si soy lo suficiente para ella, como ella lo es para mí.

Siempre me pareció bastante interesante.

Siempre me pareció excitante acercarme a ella, y sin embargo el hacerlo se volvía auto flagelante. Y naturalmente yo me volví adicta a la autodestrucción. Estar cerca de ella me hacía sentir inferior. Me lastimaba saberme menos capacitada que ella. Pero simultáneamente, el estar a su lado me hacía sentir extasiada… Y como todo gran éxtasis, después de estar con ella me sentía peor que nunca, me sentía vacía.

Me costó muchos golpes y sentir como caía de un precipicio a la nada infinita, millones de veces, para entenderme igual a ella.

Y ayer cuando me dijo que debía dejar de sentirme menos capaz que los demás, por poco y podía haber visto el llanto venir. Me hizo entender que cree en mí y que de ningún modo me cree inferior a ella.

Ella sabe demasiado. Pero ¿A caso yo no sé demasiado también? Solo que he aprendido cosas distintas. Aun me falta mucho por aprender y no me canso de adquirir conocimientos cada día. Y justo hoy el saberme comprendida por ella me hace sentir tan bien.